Como agencia humanitaria hemos respondido a diferentes situaciones de emergencia, lo cual nos permitió identificar la necesidad de una UNIDAD DE LAVANDERÍA MÓVIL (ULM) que nos posibilite brindar un servicio diferente, que no solo cumpla su función humanitaria, sino que también logre fomentar la colaboración entre ADRA, los residentes y representantes de la zona afectada. Es por ello que el fin de semana del 15 al 16 de abril realizamos el primer entrenamiento de voluntarios del 2023 en Paysandú, en donde pudimos trabajar en conjunto con la intendencia y las iglesias adventistas del séptimo día (IASD) de la ciudad.
Los capacitadores fueron el director general de ADRA Uruguay, Kevin Ivanoff, el director financiero, Josué Guarachi y la asistente de proyectos y coordinadora de desarrollo económico, Daniela Castillo.
El entrenamiento tuvo dos etapas: una teórica y otra práctica. En la primera parte hablamos en detalle del tipo de trabajo realizado por ADRA, brindando herramientas organizacionales y comunicacionales que permiten el desarrollo de los proyectos. Así mismo, en la parte práctica, trabajamos con la ULM, enseñando su mecanismo y sus limitaciones. Cabe destacar, que el tráiler es perfectamente trasladable, que cuenta con dos lavarropas y dos secarropas industriales que poseen una capacidad de 16 km de ropa por máquina.
El área de Acción Social de la Intendencia de Paysandú y las IASD nos brindaron más de 300 prendas de abrigo que utilizamos en la parte práctica del entrenamiento; gran parte fue distribuida en los barrios más vulnerables en la zona norte de la ciudad.
Una vez finalizada la actividad, tuvimos la oportunidad de dialogar con Luis Márquez, el pastor de las IASD de la zona quien nos expresó que «los voluntarios y funcionarios que colaboraron quedaron muy contentos y motivados con la idea de hacer algo distinto y bastante apropiado o adecuado para las situaciones que se suelen vivir en el litoral».
El área de Acción Social de la Intendencia de Paysandú y las IASD nos brindaron más de 300 prendas de abrigo que utilizamos en la parte práctica del entrenamiento; gran parte fue distribuida en los barrios más vulnerables en la zona norte de la ciudad.
Una vez finalizada la actividad, tuvimos la oportunidad de dialogar con Luis Márquez, el pastor de las IASD de la zona quien nos expresó que «los voluntarios y funcionarios que colaboraron quedaron muy contentos y motivados con la idea de hacer algo distinto y bastante apropiado o adecuado para las situaciones que se suelen vivir en el litoral».
